La comunicación política ha variado ostensiblemente en los últimos años. De los grandes mítines y las entrevistas en medios de comunicación que marcaban la agenda de los responsables públicos y de los aspirantes a cargos hemos pasado a una disparidad de canales y usos comunicativos.
Las vías convencionales siguen funcionando. No obstante, ahora conviven con las variantes y los nuevos productos digitales. El candidato ha de saber sacar el máximo partido de su potencial para poder atender los diferentes cauces de comunicación con su electorado. Ha de ser, además, igualmente convincente si quiere disponer de la aprobación o del voto de un ciudadano cada vez más exigente y hastiado, que reclama una presencia constante de los responsables públicos.
En este contexto tanto cargos electos como aspirantes a ellos tienen que saber desenvolverse en la nueva coyuntura y mantener la mente abierta a las nuevas fórmulas que se anticipan.
La Escuela de Comunicación Política e Institucional aporta las claves para conocer y entender el panorama comunicativo actual y para desenvolverse con agilidad y conocimiento del entorno. La formación va dirigida tanto al líder de un partido como a cualquier de sus militantes que aspire a aportar su capacidad y entusiasmo a la vida pública.
Si no sabe expresar sus cualidades, sus propuestas y la forma de afrontar sus retos, será incapaz de contactar y empatizar con el electorado. El objetivo de la Escuela de Comunicación Política consiste en guiarle por esa senda y dotarle de la preparación necesaria.
Los cimientos sobre los que se sustentará toda nuestra programación formativa consisten en realizarla de manera práctica, concreta y con la finalidad de que resulte lo más útil posible.
Partiendo de esa base se orientará a las necesidades de los alumnos y al nivel de inicio del que partan. También analizará el ámbito y el público al que se dirigen. En la comunicación resulta determinante la capacidad de escucha, de entender qué reclama el ciudadano y votante.
También los cursos pretenden potenciar las diferentes cualidades de cada alumno y tratar de conducirle hasta donde -en función de esa capacidad- pueda llegar. De esta manera logrará ser consciente tanto de sus posibilidades como de sus limitaciones, y pulir ambas.